domingo, 18 de octubre de 2015

HISTORIA RECIENTE E HISTORIA ORAL. Conferenciante:Dr. En Historia Fabio G. Nigra, auspiciado por: Dra. Rosana Andrea Bertone



HISTORIA RECIENTE E HISTORIA ORAL: HERRAMIENTAS MODERNAS PARA CUESTIONAR LA MEMORIA.
Fabio G.  Nigra*
La presente charla tratará de aportar un conjunto de ideas y brindar mi experiencia personal para el tratamiento de la Historia. De esta forma veo necesario, antes del desarrollo central, establecer algunos conceptos: En primer lugar, la Historia Oral es una herramienta y, en segundo, la Historia Reciente un campo. ¿Qué se quiere decir con esto? Que no deben confundirse, evidentemente; pero mas importante aún, que no se debe intercambiar la una con la otra.
La Historia Oral, se desarrolla en Argentina como una importante herramienta en los últimos veinte años (cabe aclarar que, para nosotros los historiadores, hablar de 20 años es un lapso menor), que se revalorizó en el país gracias a historiadores como Pablo Pozzi y Dora Schwarztein a principios de la década de 19801, en lo que comenzó a ser considerada seriamente por parte de los colegas del campo de la Historia a principios de los noventa. Como bien indica Pozzi, la historia oral,
“ a pesar de su larga trayectoria en la investigación histórica, mantiene el sentido de la novedad, de improvisación creativa, de campo en formación y discusión –y sin duda ahí reside parte de su atractivo-.”2
                Es que la Historia Oral como herramienta para la elaboración de temas, conceptos o problemas históricos es tan vieja como la historia. Heródoto o Tucídides, los primeros historiadores reconocidos por nosotros como tales, hacían Historia Oral. La “Historia de la Guerra del Peloponeso” es un relato que se basó no en fuentes escritas, sino que surgió de las preguntas que Tucídides le efectuaba a viajeros que llegaban a su lugar de destierro, sobre los últimos acontecimientos sucedidos en su patria. El paso del tiempo, y la aparición de nuevas técnicas y herramientas de trabajo relegaron al olvido a esta forma de construir el relato, pero no la desaparición.


* Dr. En Historia. Docente en la Universidad de Buenos Aires. En su campo de trabajo se ha dedicado a la historia oral. Participa en diversos proyectos de investigación como el Programa de Historia Oral de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA. Email: fgnigra@ciudad.com.ar.
1 El antecedente mas remoto que se reconoce en la  Argentina “se observa a fines de los años ’60, en una experiencia piloto que se llevó a cabo en el Instituto Torcuato Di Tella (ITDT), por medio de relaciones establecidas con la oficinas de investigaciones en HO de la Universidad de Columbia. Inicialmente bajo la dirección de Enrique Oteiza y luego de Roberto Cortéz Conde, se planteó la importancia de realizar una experiencia que posteriormente serviría para proyectos similares en América Latina, e incluso para Europa, ya que, según se afirmaba, carecían de antecedentes en este campo”. (…) Para la ejecución del proyecto fueron contratados Leandro Gutiérrez y Luis A. Romero. Las observaciones preliminares que éstos presentaron sobre el Proyecto Historia Oral (tal era su denominación) indicaban que posibilita cubrir el vacío de amplios sectores por la fuentes existentes. Además, planearon que a través de las entrevistas se accede a cuestiones que no aparecen en los documentos del periodo a investigar; permitía obtener, siguiendo a los autores, testimonios de agentes menos comprometidos, más objetivos y menos influidos por interpretaciones tradicionales (Gutiérrez y Romero, s/d: 4 y 5). La HO, sugerían, podía ofrecer materiales novedosos ubicados en otras fuentes –conocimiento de detalles, confirmación de hipótesis-. En líneas generales, la HO era concebida por esos investigadores como material de ‘apoyatura’ de una investigación. “ En Luis A. Escobar. “Relumbrar un instante: testimonios, entrevistas e historiografía (s)”, ponencia presentada en las XI Jornadas Inter escuelas/Departamento de Historia, Tucumán, septiembre de 2007.
2 Gerardo Necochea y Pablo Pozzi. Cuéntame Cómo fue. Introducción a la historia Oral; Buenos Aires, Imago Mundi, 2008, página 1.
                                            

viernes, 25 de septiembre de 2015

“FEDERACIÓN Y FERIA DE COMUNIDADES EXTRANJERAS DE COMODORO RIVADAVIA: IDENTIDAD, DISCURSOS Y PRÁCTICAS 1989-2009”.



“FEDERACIÓN Y FERIA DE COMUNIDADES EXTRANJERAS DE COMODORO RIVADAVIA: IDENTIDAD, DISCURSOS Y PRÁCTICAS 
1989-2009”.


José Guillermo Williams.
Introducción
               
La Feria de Comunidades Extranjeras de Comodoro Rivadavia es una fiesta que en los últimos años se ha enarbolado como el evento cultural más importante de la ciudad, desplazando en importancia a muchas otras y cobrando un protagonismo creciente tanto localmente como a nivel provincial, prácticamente convirtiéndose en la fiesta oficial de la localidad. Pero también ha surgido como la práctica más visible y masiva de un discurso identitario que se forja desde los comienzos de la ciudad, y que encumbra a la figura del inmigrante como el icono identitario y representativo primario de lo que es ser comodorense.
                Las identidades locales y sus discursos se resignifican con el tiempo y con los diversos procesos que dicha sociedad sufre, débase a cambios internos como externos que se adscriben en su contexto. En este proceso se circunscriben los ámbitos regionales, nacionales y también mundiales. Como ha señalado Renato Ortiz (Ortiz, 2002), la relación entre lo local, lo nacional y lo global, es íntima, y fue intensificada exponencialmente desde la culminación del llamado proyecto de globalización económica y mundialización cultural, en las últimas décadas del siglo XX y los primeros años del XXI. A su vez, las distintas identidades en el seno de una sociedad pueden disputarse una mayor representatividad, deviniendo a veces en un rol hegemónico, que opaca otras identidades, iconos, fiestas o símbolos locales.
                En este trabajo quiero trabajar tres aspectos de la Federación de Comunidades Extranjeras. En primer lugar, analizar el discurso de la Federación: sus principales elementos y argumentos, su cohesión interna y la puja que lleva a cabo por la representación cultural e identitaria de la ciudad. Seguidamente, analizaré brevemente los espacios –sociales, físicos y simbólicos- que ocupa la Federación y sus diversas actividades, para finalmente trabajar sobre la feria misma, vista como la más importante práctica y la más importante exteriorización de este discurso.
                Este análisis surgió como fruto del trabajo sobre diversas fuentes, tales como las actas de sesiones de la Federación de Comunidades Extranjeras, los volantes repartidos en los diversos eventos, entrevistas a sus miembros y observación directa de los eventos descritos y trabajados, durante el periodo 2003-2008. A su vez, he utilizado grabaciones  en video de eventos de la década de 1990 para su estudio y comparación con las más recientes.


Los grupos étnicos y asociaciones en Comodoro Rivadavia. Breve historia de la Federación de Comunidades Extranjeras.

                La presencia de los grupos étnicos extranjeros ha sido siempre sumamente fuerte en Comodoro Rivadavia. En los primeros años de la existencia de la ciudad, la amplia mayoría de su población era de origen europeo, asiático o de países limítrofes (Torres, 1995; Marquez y Palma Godoy, 1993), siendo los nacidos en territorio argentino una verdadera minoría. El flujo migratorio continuó hasta la mitad del siglo veinte, siendo sus puntos más fuertes a principio del siglo y en la primera posguerra. La segunda posguerra significó el último flujo migratorio importante al país, principalmente desde una Europa asolada por la segunda guerra mundial.

Los grupos étnicos comenzaron a conformar asociaciones ya desde 1910, con el objetivo de socorrer a los recién llegados de su propia nacionalidad, así como generar un espacio de reunión y entretenimiento. Para la década de 1940 la mayoría de las colectividades europeas poseían su asociación, algunas con espacio físico propio y otras no, pero manteniendo su función asistencial y aglutinadora. Durante estos años su actividad social era muy importante, se organizaban eventos deportivos, bailes, fiestas y eventos culinarios; las comisiones directivas estaban conformadas por personalidades locales de un reconocido estatus social. Las principales fuentes de la época, como la edición del diario El Rivadavia del “25 Aniversario de Comodoro Rivadavia”, o el “Cincuentenario de Comodoro Rivadavia” (de 1951) editado por el mismo diario, incluyen a estas asociaciones entre los clubes sociales de mayor renombre de la ciudad, dedicando a las mismas una extensa cantidad de páginas en las que narran su historia, sus comisiones directivas y sus actividades
                Las siguientes décadas vieron un cambio en sus actividades; el flujo migratorio había cesado, por lo que las asociaciones pasaron a tener el rol de preservar los rasgos identitarios de sus nacionalidades, así como de nuclear a los inmigrantes y sus descendientes, que, como argentinos, conformaban ahora la amplia mayoría de la población local. Consiguientemente, el cambio generacional comenzó a alterar la conformación de las asociaciones, los inmigrantes comenzaron a ser la minoría mientras sus hijos y nietos tomaban las riendas y comenzaban a desarrollar las actividades.
                Sin embargo, este proceso histórico solo se dio en las asociaciones de grupos principalmente europeos. En las colectividades de países limítrofes la situación es radicalmente diferente. Estos grupos comprenden chilenos, bolivianos y paraguayos, y están conformados tanto por descendientes como por inmigrantes. El flujo migratorio de dichos países nunca paró, aunque se registran aumentos y disminuciones de la población  migrante (Baeza, 2006, 5). A su vez, a pesar de habitar en la ciudad desde sus comienzos, como es el caso chileno, sus asociaciones son muy posteriores, formadas todas ellas después de 1980, y conformando varios grupos por comunidad, separaciones dadas por motivos culturales, sociales y hasta ideológicos. Estos son los grupos que mayor contemporaneidad tienen en sus tradiciones, costumbres y prácticas con las desarrolladas en sus sociedades de origen, lo que se refleja en estas separaciones. El contacto con sus orígenes es también más fluido y factible, dada la cercanía de los países y del contacto familiar que estas facilidades geográficas y económicas permiten.  De hecho, tantos los grupos chilenos, bolivianos y paraguayos que conforman la federación se denominan “centros de residentes” más que “asociaciones”, reflejando su actualidad y contemporaneidad a diferencia del concepto usado por los europeos, que implica actualmente un grupo unido con un pasado o raíz común, mas que con una realidad común como en el caso de los residentes.


La Federación de Comunidades Extranjeras
               
Desde la década de 1960 las diversas colectividades comenzaron a armar esporádicas muestras y exhibiciones de sus culturas, así como ferias de platos y otros eventos, pero por lo general eran particulares y aisladas unas de otras, y sin intención de compartir  un mismo espacio. El cambio se da en 1982, cuando se lleva a cabo una feria de platos con el fin de recaudar dinero para los soldados combatiendo en las islas Malvinas (Chaile, Domínguez y Otros, 1997, 3). Este germen federativo finalmente se materializa en 1989, cuando se conforma la  Comisión de Comunidades Extranjeras, mediante la asociación de catorce colectividades, y con el propósito de realizar una exposición conjunta de los elementos culturales de las naciones y pueblos que representasen. Ese mismo año se realiza la primera exposición conjunta de los grupos que conforman la comisión (Marquez, 2007, 6). El lugar elegido para el evento fue el Mercado Regional, en ese momento desocupado y apto para una fiesta de estas características. La feria de platos fue el evento principal, posteriormente se introdujeron los bailes típicos, las vestimentas y luego estableciendo otras etapas que luego tuvieron gran éxito: la Noche de Gala, donde los cuerpos de baile se exhibían en conjunto, y la elección de la Reina de Comunidades Extranjeras. En los últimos años, estos dos eventos fueron separados de la feria propiamente dicha, constituyéndose como etapas distintas de un mismo festejo, distanciándose hasta territorialmente de la feria y ocupando un espacio distinto.
                Junto con estas actividades, la Federación fomenta el desarrollo de las diversas asociaciones que la conforman en lo referido a contacto con sus respectivos países, intercambios, así como eventos deportivos inter-colectividades; además proporciona donaciones a escuelas locales, una de ellas estando apadrinada por la Federación.
                Hacia el año 2000, la Comisión recibe el título de Federación, obteniendo personería jurídica y comenzando a actuar con un régimen institucional y legal.
                La Federación y sus eventos se han impuesto como el principal órgano cultural de la ciudad, siendo sus objetivos institucionales el resguardar la memoria de los primeros pobladores de la ciudad, y exponerla a sus propios habitantes, por medio de la Feria o también otras actividades. La feria es percibida como “…el escenario cultural de producción de lo local.” explica Graciela Ciselli (Ciselli, 2002), razón por la cual a su vez ha devenido en la atracción turística más importante en el ámbito cultural local, noción también fomentada y explotada tanto por la Federación misma como por el gobierno municipal.
Pero su sólo surgimiento no explica su éxito –comercial, popular y representativo-, sino que se adscribe al contexto tanto local como regional, nacional y global. A fines de la década de 1980, una serie de sucesos en todos los contextos generan cambios en la identidad local. Las políticas neoliberales eliminan a la empresa estatal Y.P.F., el máximo e indiscutido símbolo identitario de la ciudad, eje pivotal de la historia local, y razón del asentamiento en la ciudad de muchos individuos –extranjero y argentinos-. La desaparición del icono del Petróleo argentino genera un vacío identitario que posteriormente pretende ser llenado por diversas prácticas culturales así como festejos, surge la fiesta de la ciudad en el aniversario de Comodoro Rivadavia, o la fiesta de la Flor de la Esperanza, en esa misma fecha. Es en este momento donde la etnicidad[1] y la identidad “inmigrante[2]” es revitalizada, acudiendo al llamado de este vacío, pero también resignificándose, en un periodo donde el discurso de la globalización da sus primeros pasos hacia una supuesta eliminación de las fronteras nacionales, y hacia una época de auge del multiculturalismo, noción muy trabajada en la década de 1990.
El discurso de la feria permitió ingresar al inmigrante en todas las esferas identitarias comodorenses. Cultural, social, económica y políticamente, el rol del inmigrante en esos ámbitos siempre había sido notable. Y.P.F. había comenzado sus primeras décadas con mano de obra venida de Europa principalmente, así como la construcción del puerto y hasta la fundación misma de la ciudad queda en manos de un inmigrante, sea el italiano Francisco Pietrobelli o el alemán Juan Plate, el primero de estos siendo además el primer juez de paz del recientemente creado pueblo. De esta manera, este discurso lleva su capacidad hegemónica (Laclau y Mouffe, 2004) hasta sus propios límites, e instituyendo al inmigrante como el icono capaz de cohesionar todo discurso identitario, incursionando tanto en lo cultural como lo político, social y económico y, por lo tanto, la historia, la memoria y la sociedad de Comodoro Rivadavia. Y es esta precisamente su principal victoria, que le permite ser autoridad en cada faceta de la sociedad comodorense: es lo que la entroniza en el imaginario local.

El discurso, la narración y el icono
               
El discurso construido por la Federación de Comunidades Extranjeras genera una narración del nacimiento de la ciudad basada en la dureza de los primeros años y en cómo los primeros inmigrantes consiguieron hacer del vasto desierto una gran ciudad, y poblar y traer a la “civilización” una zona tan lejana y vacía como Patagonia[3]. Todos estos elementos se yuxtaponen constantemente en este discurso, al cual hay que agregarle a su vez su vinculación con el ideal identitario nacional, o al menos con algunas facetas del mismo, en particular tratando de retomar terreno en este ámbito ante el retroceso de la idea nacionalista de la defensa y autonomía de recursos energéticos, que claramente fue el vínculo que Comodoro Rivadavia tuvo con la nación desde el descubrimiento del petróleo, pero que se concretó a partir de la creación de YPF de la mano de Mosconi en 1922.

La epopeya y el pionero
               
Como hemos dicho previamente, la Federación apuntala al inmigrante como principal símbolo identitario de Comodoro Rivadavia. Ahora bien, ¿quién es el inmigrante que pretende representar? Ciertamente esta organización incluye a todos o la mayoría de los grupos étnicos que conformaron y conforman la población extranjera de la ciudad. Pero cuando se profundiza en el discurso y las prácticas de la Federación es notable la obvia alegoría al inmigrante europeo, como eje del desarrollo local. Los discursos, cánticos –tales como el himno de la Federación - slogans anuales o representaciones teatrales aluden a los llegados del viejo mundo. Siempre son hombres blancos, hablando en idiomas extranjeros y viniendo de barcos. Sobre todo esta última idea se ha arraigado tremendamente en el discurso oficial así como en el imaginario social de la figura inmigrante. El europeo se establece como eje de lo que es ser inmigrante.
A pesar de que la presencia de migrantes limítrofes no fue tan importante en los comienzos de la ciudad como la de los europeos, estos aparecieron ya desde los primeros años. Los chilenos fueron los primeros en llegar, notándose un pequeño número de ellos en la primera década de existencia de la ciudad (Torres, 1999); la inmigración boliviana (Baeza, 2006) y paraguaya varias décadas después, incentivadas por el crecimiento de la producción petrolera y por el “boom” de 1958-63. A pesar de no ser negados, su participación nunca suele ser explicita cuando se piensa en el nacimiento de la ciudad en 1901.
Y es principalmente en estos años en los que la figura del inmigrante es “anclada” es decir centralizada, en la formación y desarrollo de la ciudad. Donde el trabajo era duro, el clima poco favorable para la construcción de un pueblo, y el lugar alejado de la “civilización”. Estos años son evocados con una impronta de epopeya de estos primeros pobladores, los cuales a su vez son vistos como pioneros. ¿Qué implica ser pionero?
Principalmente ser el primero en una tierra desierta, poblar lo deshabitado, y llenar lo vacío. La naturaleza era lo único que poblaba Comodoro y Patagonia (región a la que se adscribe fuertemente la Federación desde su actual discurso). Los pueblos originarios no son incluidos en este escenario de epopeya.
                Por lo tanto el extranjero es el único poblador legítimo de Comodoro. La historia del pueblo los instaura con el poder representativo de sus habitantes, por más que en la actualidad sean la minoría los que realmente puedan ser identificados con este origen. Pero ya que este poder es simbólico, ya que no requiere un análisis “genealógico” de la población, sino que la premisa del origen extranjero ya ha sido instaurada en el imaginario social.


Lo local, lo regional y lo nacional

                De esta manera, la Federación no hace sino reproducir –aunque con tintes de localismo- el discurso de Sarmiento y Alberdi de una nación poblada por europeos laboriosos y ejemplares para el resto de los argentinos “nacionales”. Posteriormente, tras los resultados de la puesta en práctica de estas ideas a nivel nacional, se comenzó a utilizar el concepto de “crisol de razas” (mas refinado académicamente mediante el uso de “melting pot”), haciendo énfasis en el carácter cosmopolita y multiétnico de la sociedad argentina.
                En Comodoro Rivadavia ha sucedido lo mismo, la Federación se ha orientado en el rumbo de estas ideas de identificación nacional, precisamente para generar un vínculo identitario con la nación, pero también para enfatizar una característica propia que se acentúa notablemente considerando que la mayoría de población extranjera en los comienzos de la ciudad era prácticamente total.
Otro elemento que recientemente está cobrando mucha fuerza en el discurso de la Feria es la idea del “ser patagónico”, como un producto del tiempo y de la migración de este icono del inmigrante. El patagónico es el ser de hoy, el descendiente de aquellos pioneros que cruzaron el atlántico y poblaron el desierto. En cierto modo los patagónicos de hoy son prácticamente los primeros patagónicos que existen. Por lo general la presencia de los pueblos originarios no es nombrada ni representada, dejando el protagonismo humano a los inmigrantes
De todas maneras, es el ser comodorense el que se está construyendo aquí, edificado con un origen poblacional multiétnico así como por con una idea de poder político regional creado tanto por la importancia de la ciudad para las políticas “energéticas” nacionales (YPF), como por la existencia de la Gobernación Militar de Comodoro Rivadavia en el periodo 1944-55, una posición de autoridad que fue perdida a favor del Valle[4], región que muchas veces se constituye como el contraste de Comodoro, como “aquellos que consumen el dinero producido por el petróleo comodorense”[5]


La “localización de la cultura”: los espacios de muestras de la federación.
               
Las actividades que lleva a cabo la Federación varían en su naturaleza, pero suelen estar atravesadas por un eje cultural, identitario y representacional. Ellos son básicamente el acto del día del inmigrante; la muestra cultural de las naciones y etnias que conforman la  Federación; la noche de gala, donde se presentan los cuerpos de bailes; la elección de la reina de las comunidades extranjeras, que junto con la del Petróleo y la de Comodoro Rivadavia son las reinas “oficiales” de la ciudad; y la feria propiamente dicha, el evento más importante, multitudinario y largo de los que realiza la Federación. Cada uno de ellos se realiza en espacios separados entre si. Algunos de ellos poseen un inmenso significado simbólico en el imaginario social de la localidad, en lo referente a lo histórico y lo social. Otros carecen de este significado pero se destacan como espacio social o educativo-castrense (como el Liceo en el que se llevó a cabo la feria en los últimos años)

El acto del día del inmigrante
  
El día del inmigrante (4 de septiembre) es una fecha reconocida en la ciudad, con ella arrancan los eventos relacionados con la Federación, aunque no siempre es así, muchas veces iniciando las actividades a fines de agosto. Esta conmemoración homenajea a los pioneros que fundaron y poblaron la ciudad, así como a los inmigrantes distinguidos que aun viven. Por lo general se presenta el slogan de la Federación en cada año, que a su vez funciona como eje de las actividades. Los actores del acto son las autoridades de la Federación, autoridades políticas de la localidad de Comodoro Rivadavia y Rada Tilly, militares e inmigrantes a distinguir. Es una conmemoración que recuerda a un grupo específico de la población, por lo que el resto de la misma no suele acudir al evento.
El espacio en el que se desarrolla ha cambiado con el tiempo. En primer lugar se realizaban en un local céntrico donde a su vez se hacía la exposición cultural de la que hablaremos más adelante. Posteriormente fue creada la “Plaza de las naciones” ubicada frente al Hospital Regional y la escuela de arte, en un área muy poblada (existe una cantidad de edificios de departamentos alrededor). La plaza fue espacio de varios actos del día del inmigrante, en la cual se emplazan mástiles para todas las nacionalidades que poblaron Comodoro Rivadavia. Aquí, la Federación era la autoridad máxima, convirtiéndose en el primer espacio de la ciudad en “pertenecerle”, no de hecho ni derecho, pero sí simbólicamente.
A principios de 2003 la Federación recibió en calidad de comodato el Chalet Huergo, una gran casa ubicada al norte del centro de la ciudad, sobre un acantilado y frente al muelle operado por YPF desde hace más de 90 años. Se accede sólo desviándose de la ruta nacional, y su acceso es complicado si no se viaja en vehículo. En 2003 fue abierto como museo, por lo que el edificio es compartido entre el museo (planta alta) y la Federación (planta baja). El valor simbólico del Chalet es inmenso. Fue construido en la década de 1910 (Borquez, 2006) como casa de huéspedes de la recientemente creada Dirección General de Yacimientos Petrolíferos Fiscales, Y.P.F. Personajes notables como el Sha de Persia pasaron por esta casa, por lo que su acceso al resto de la población (tanto trabajadores de YPF como no) era prácticamente imposible. El Chalet fue siempre visto como un símbolo de YPF y de su elite administrativa, alejada física y socialmente de los comdorenses.
Ocupar este edificio conllevó a su vez el heredar esta carga simbólica de autoridad y pero por sobre todo de representación e identidad. El chalet representa a YPF. Su ubicación por sobre la entrada del kilómetro 3 (primer campamento de la compañía) refleja su poder y carácter “panorámico” y panóptico. Por otro lado, la ocupación del Chalet implicó abrirlo a la totalidad de la población, que jamás había conocido sus instalaciones. El respeto a la autoridad todavía se ve hoy cuando los ex-ypefianos entran por primera vez.


La muestra cultural
               
La muestra comprende exhibiciones de cada nacionalidad en la que se resaltan sus rasgos principales, se muestran fotografías y se explica por lo general la historia de la asociación étnica que representa a cada grupo. Es acompañada de música, de miembros de las colectividades vestidos en trajes típicos, muestras de productos etc. La muestra tomó forma durante la década de 1990, con varias exhibiciones realizadas en las sedes de asociaciones o en locales céntricos. Sin embargo, desde que el Chalet Huergo es ocupado por la Federación las muestras se han desplazado a dicho espacio. Aquí, por lo general se llevan a cabo el mismo día del inmigrante, instaurándose como el paseo dado durante las actividades realizadas en dicha fecha. Con esta reubicación, la muestra  se desplaza y se “elitiza”. Históricamente el centro es un lugar de elite; alejado de los barrios, comprende el principal sector administrativo y comercial de la ciudad, además de ser lugar de residencia altamente cotizado. Pero en última instancia es accesible a la mayoría de la población, con facilidades de transporte.
Sin embargo el Chalet Huergo posee una accesibilidad más dificultosa. El vehiculo privado es la única manera de acceder hasta la casa misma, ya que el transporte público solo frena en la entrada de las instalaciones. Por otro lado, su difícil acceso y ocultamiento por el extenso jardín lo mantienen fuera de la vista, fuera de los medios, y por lo tanto, del alcance del resto de la gente. Finalmente la muestra terminó siendo solo para los integrantes de la federación y las autoridades. Se alejó, se aisló y se museabilizó en vez de exponerse y popularizarse.


La noche de gala

Este evento corresponde a la presentación de los cuerpos de baile de las diversas asociaciones étnicas que componen la Federación de Comunidades Extranjeras. Por lo general se realiza días antes de la feria, y cercano a la elección de la reina. El lugar en que se realiza dicho evento ha variado con el tiempo. Surgió como un evento alejado de la feria misma, en la cual también los grupos realizan bailes, pero en un ámbito de entretenimiento “secundario” en el cual es uno de varios entretenimientos. La noche de gala se instaura así como un evento cultural específico en el cual son la única atracción.
Su espacio físico ha variado a su vez, pasando por varios teatros y finalizando en el gimnasio el Club Ingeniero Luis A. Huergo, ubicado en Kilómetro 3 (no muy lejos del Chalet Huergo). Este gimnasio y el club son también instituciones muy antiguas y respetadas de la ciudad, es quizás el gimnasio mas reconocido de la ciudad, y posee un gran significado simbólico, ya que durante la época de YPF solo estaba reservado para empleados de la empresa.
La noche de gala es un evento popular en comparación con los actos del día del inmigrante, especialmente por la participación de los familiares y amigos de los integrantes de los cuerpos de bailes, así como del atractivo que posee un entretenimiento, atractivo que la muestra ni el acto poseen naturalmente.


La elección de la reina
               
Originalmente realizado durante la noche de apertura de la Feria, este evento fue separado posteriormente y constituido como uno aparte. Desde su creación es llevado a  cabo en el gimnasio del Club Huergo, y posee una popularidad similar a la de la noche de gala pero con mayor presencia juvenil, que predomina por sobre la de adultos. El evento consiste en el desfile de las reinas de cada colectividad; un jurado conformado por autoridades políticas, de la federación y ciudadanos distinguidos elige la reina y dos princesas de la federación. Por lo general asiste la reina de Comodoro Rivadavia o la Reina del Petróleo[6], y las autoridades locales. Vale decir que este evento así como la noche de gala cobran entrada, por o que desde el inicio limitan el acceso.
                Aquellos que asisten a estas dos actividades son por lo general pertenecientes a las colectividades, siendo una minoría los externos que acuden a ella. De todas maneras, se instaura como uno de los eventos principales en el calendario de festejos locales.


La Feria de Comunidades Extranjeras

El evento más importante llevado a cabo por la Federación es la Feria, en los últimos años denominada “gastronómica”, que comprende un gran salón con un escenario central en el que los cuerpos de baile se desempeñan, y stands de las diversas colectividades en las que se ofrecen platos y bebidas típicas de las diversas etnias y nacionalidades. Estos stands se sitúan a lo largo de las paredes del salón, dejando el centro del mismo para el desplazamiento del público y la ubicación de mesas para brindar un espacio para degustar los platos típicos.
La Feria dura tres días, normalmente ocupando el primer fin de semana de septiembre, en conjunción con el acto del día del inmigrante celebrado en los días previos.
Los espacios que la Feria ha ocupado han sido varios, comprendiendo los más grandes de la ciudad, desde el viejo mercado regional, pasando por el Club Huergo, el gimnasio de la CAI (Comisión de Actividades Infantiles) y finalmente el gimnasio del Liceo militar general Roca, el edificio mas grande de su tipo en la ciudad.
Este constante cambio de locaciones se dio debido al constante crecimiento de la Feria en lo referente a público asistente, ya que ésta se ha popularizado cada vez más, atrayendo a miles de individuos, pero también creciendo por el mismo crecimiento de las colectividades, que cada vez reúnen más gente que participa en la feria. En los últimos años la feria se ha instaurado como un espacio social de reunión para los jóvenes, dada su creciente ligazón con la federación a través de los cuerpos de bailes, los intercambios en el extranjero, o simplemente por el uso del espacio para socializar.


El espacio definitivo
               
La edición 2009 será la primera en utilizar el predio Ferial, un inmenso edificio ubicado en las afueras de la ciudad[7] destinado a albergar la feria y los eventos relacionados con la Federación. Aparentemente (no afirmo porque es escasa la información brindada sobre el tema) la Federación será el usuario principal pero no el único del edificio, el cual estará al servicio de la Municipalidad de Comodoro Rivadavia para la realización de otros eventos, dado que además es su principal constructor, así como quien aporta subsidios a la Federación para sus actividades. De hecho, la Feria del libro de este año será el primer evento llevado a cabo en estas instalaciones. El edificio esta en construcción hace 4 años, y su utilización permitiría mas comodidad para los visitantes, una mayor cantidad de estos, instalaciones propicias para dichas actividades, y un estacionamiento con capacidad mayor a la de los espacios previamente usados.
Por otro lado, su construcción por parte de la comunidad ha generado críticas sobre la prioridad dada al edificio, con el argumento de que otras instalaciones con una necesidad más inmediata poseen mayor prioridad, como un hospital nuevo por ejemplo[8]. De todas maneras la lejanía el nuevo edificio respecto a la zona céntrica y los principales barrios de la cuidad genera dudas acerca de la convocatoria que tendrá la Feria, lo cual se verá en este año.


La exposición de la Feria y la exotizacion de lo cotidiano

Los diversos platos, bebidas, vestimentas, bailes y hasta diseños edilicios de cada grupo étnico son presentados en los stands y el escenario de la Feria de Comunidades Extranjeras. Muchos de estos elementos son extraños a la mayoría de la gente y solo tiene la oportunidad de conocerlos en este evento, aunque para los integrantes de las asociaciones llegue a ser algo común, o al menos conocido.
Sin embargo, existe una gran cantidad de estos elementos que no resultan nada extraño para los visitantes, algunos hasta cargados de una mundaneidad extrema. Pero estos no son mostrados como esto, sino como algo extranjero, impropio, llegado. Lo que la Feria logra desde sus premisas y en sus prácticas es generar un espacio de exotización de lo cotidiano (Condominas, 1991) y de lo local, en el que algo común o coloquial sea interpretado como un rasgo identitario “esencial” de los grupos presentes; y a la vez, la misma cotidianeidad de estos alimentos, bebidas o danzas, son en realidad vestigios del origen multiétnico de la ciudad, objetivo último de la Federación de Comunidades Extranjeras.
En este espacio lo que se pretende es transportar al visitante fuera de la esfera de la cotidianeidad, y pensar a los elementos presentes en la misma como objetos representantes de una cultura especifica, diferente a la propia pero a su vez parte de la misma, ya que esta es un sincretismo de muchas culturas. Por lo tanto una hamburguesa no es pensada como una comida rápida o barata, sino que es “exotizada[9]”, enajenada de nuestra cultura culinaria, y reformulada como un elemento esencial de los alemanes. Lo mismo ocurre con otros elementos como la pizza con los italianos, o la cerveza con los irlandeses y escoceses.
Cabe destacar que muchos de estos elementos nos son comunes, pero no debido a nuestro propio desarrollo identitario local multiétnico, sino más bien por ser “importados” de otras partes del país, como también por estar enclaustrados en lo que se podría denominar como una “sociedad occidental capitalista”, en la que muchos de estos elementos culinarios han sido exportadas por las culturas dominantes e importadas por prácticamente la totalidad del mundo. Por otro lado la histórica adscripción del Estado y la Nación Argentina al modelo nacional europeo (y posteriormente norteamericano) ha permitido la entrada de estos productos y prácticas. Pensar que conocemos estos alimentos por tener ascendencias respectivas sería un error. Es la hegemonía cultural de occidente la que populariza muchos de estos elementos y alimentos[10].
Por otro lado, existe una gran variedad de elementos en la Feria, pertenecientes a diversas culturas, que verdaderamente se presenta como exótico ante la mayoría de la población, principalmente las pertenecientes –aunque no necesariamente- a grupos no europeos, por el hecho de ser prácticas no llevadas a cabo en la sociedad “occidental” nacional-local, ya sea por lo ajeno a esta como por ser antiguas o con poca adecuación al entorno local, un punto de gran interés y fuerza en la cuestión identitaria. La Feria se logra presentar como el espacio donde el público puede conocer estos “productos étnicos” extraños a la cultura popular local, siempre introducido con un carácter de “exótico”, aunque ciertamente lo exótico para algunos es lo cotidiano para otros, por ejemplo los integrantes de las comunidades que mantienen fuertemente sus tradiciones étnico-nacionales.
Las tradiciones nunca son “exotizadas”, son interiorizadas o, en su exteriorización, vistas como lo propio e íntimo que una sociedad o grupo puede poseer. Sin embargo, cuando estas tradiciones no son propias al total de la comunidad, y en muchos casos hasta le es ajena, se produce un distanciamiento identitario respecto a ese conjunto de tradiciones que “migraron” junto con los inmigrantes. Así, cada grupo identitario correspondiente a nacionalidades o etnias conserva muchas de estas tradiciones y costumbres, aunque, como siempre, adecuadas a las nuevas realidades: lejos de su región de origen, con un relativo aislamiento con respecto a la “actualidad” de las tradiciones de su país, en un estado de congelamiento y perduración, fenómeno que genera hasta impresión en el caso de que un actual habitante del país de origen llegara a ver dichas prácticas, vestidos, bailes o comidas.
Esta noción de “congelamiento” tiene que ver con una idea estática de la noción de tradición, como algo inmemorial e inmutable, que debe conservarse tal cual como se trajo, por más que las adaptaciones a la nueva realidad sean inevitables. Eric Hobsbawn ha trabajado sobre la idea de las tradiciones inventadas, es decir, armadas por los países para generar una cultura propia y “estandarizada” de manera que dicho estado-nación posea características culturales que lo distingan del resto (Hobsbawm y Ranger, 1987). Este proceso se ha dado tanto en Europa como en el resto de los estados-nación, especialmente los más jóvenes que no poseían el pasado “inmemorial” requerido.
Los migrantes que llegaron a Argentina y a comodoro Rivadavia trajeron esas tradiciones inventadas, perdurando sus interpretaciones hasta la actualidad.
Pero otro concepto de importancia en el trabajo de Hobsbawm es el de costumbre, y que es el más interesante para su análisis en este objeto de estudio. Al contrario que la tradición, la costumbre esta en constante cambio, se adscribe a la cotidianeidad y es por eso que muta de acuerdo a las nuevas realidades que se presentan ante determinada sociedad. El efecto que el proceso migratorio produce en estas costumbres es que muchas de ellas, traídas al lugar de destino, se congelan y perduran, se aíslan y terminan convirtiéndose en tradiciones, y este proceso puede ser tanto grupal (dentro del mismo grupo étnico) como en las familias, dependiendo de las diversas zonas a las que pertenecen, cada una con sus costumbre propias.
Por más que el contacto se mantenga con los países de origen, este nunca va a ser lo suficientemente constante como para alterar las costumbres o tradiciones traídas, ya que estas no se pueden “importar”.      Sin embargo, se genera una originalidad propia del localismo al adaptar estas prácticas a una nueva realidad geográfica, cultural, económica, social y política. Lo que se produce es totalmente nuevo, pero esta producción es inconsciente, ya que se considera que estas tradiciones y costumbres son las verdaderas de los países de los cuales llegaron.
Muchas de estas costumbres o tradiciones son efectivamente incluidas en el acervo identitario nacional o local (acervo por cierto construido desde un sincretismo de estas tradiciones traídas mas las “directivas nacionales” que comenzaban a imponerse en el marco de la organización del Estado y la Nación Argentina) por lo que su inclusión y muchas de sus prácticas no resultan experiencias enajenantes o excluyentes.


Conclusión
  
Hemos visto como un discurso identitario es capaz de expandirse por sobre otros para lograr una hegemonía en dicho campo. La Feria de Comunidades Extranjeras ha pasado a ser, desde su surgimiento, el evento cultural y la fiesta “popular” más importante de la ciudad. Esta ha sido nombrada “capital provincial de las comunidades extranjeras” y pocas ciudades del país ofrecen eventos similares.
Sin embargo, como todo rasgo identitario que se impone por sobre otros, genera exclusión, es incapaz de abarcar grupos que difieren en lo que la idea del inmigrante implica: el origen externo. Los provincianos y los pueblos originarios son negados en pos de un origen multiétnico e internacional. Las identidades suelen ser contrastantes, tanto hacia fuera como en el seno mismo de una sociedad, y estos grupos actúan como su exterior constitutivo, según el concepto de Ernesto Laclau (Laclau y Mouffe, 2004, Cáp. 3). Esta temática genera preguntas, referidas al grado de aceptación de este discurso identitario, al grado de inclusión de la Federación y sus asociaciones, y también al grado de concurrencia a la Feria y a los demás eventos respectivos. Pero esto a su vez nos dice que detentar la hegemonía identitaria no necesariamente es popularizarla; el consentimiento no es necesario, y no es posible cuando lo que se pone en escena es la identidad propia, es decir quienes somos.



Bibliografía

Alba, Richard D.: (1990) Ethnic Identity: The Transformation of White America, Yale University Press.
Barth, Frederik (1976) Los grupos étnicos y sus fronteras. La organización social de las diferencias culturales, México, F.C.E.
Conzen, Gerber, Morawska, Pozzetta, Vecoli, The Invention of Ethnicity, a Perspective from the USA, Revista Altreitalie, Abril 1990.
Condominas, George. (1991) Lo exótico es cotidiano. Madrid: Júcar.
Guber, Roxana, (2001) La Etnografía: Método, Campo y Reflexividad, Buenos Aires, Editorial Norma.
Hobsbawm, E. y Ranger, T.: (1987) La Invención de la tradición, Bs.As., Ed Critica, 1987.
Laclau, Ernesto y Mouffe, Chantal (2004): Hegemonía y Estrategia Socialista, Hacia una radicalización de la democracia, Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica.
Ortiz, Renato, (2002) Otro Territorio, Universidad Nacional de Quilmes, Buenos Aires
Raiter, Alejandro (1999), Lingüística y política, Buenos Aires, Biblos.
Turner, Victor, (1980) La Selva de los Símbolos, Siglo Veintiuno Editores, España.
van Dijk, Teun A., (1995) Semántica Discursiva e Ideología, Revista Discourse & Society 6/2, SAGE. Traducción y adaptación: Sebastián Sayago.


Historia y problemáticas de Comodoro Rivadavia:

Baeza, Brigida (2006) Chilenos y bolivianos en comodoro Rivadavia.
Chaile, Gabriela, Domínguez, María Eugenia, y otros: “¿Vendemos el baúl del abuelo? Feria de Comunidades Extranjeras, la problemática de preservar el patrimonio cultural en relación con la actividad comercial”. Informe final. UNPSJB, 1997.
Ciselli, Graciela, Las danzas como espectáculo turístico y expresión de la identidad boliviana en Comodoro Rivadavia, Argentina, en Estudios y Perspectivas en Turismo, Vol. 11, 2002.
Marques, Daniel Cabral, Entre la revitalización de la memoria y la reactualización de las identidades locales: una mirada sobre la producción de símbolos de pertenencia en la ciudad de Comodoro Rivadavia en los años 90, en Comodoro Rivadavia a través del Siglo XX, (2007)Municipalidad de Comodoro Rivadavia, Secretaria de Cultura, Ciencia y Deportes.
Marques, D. y Palma Godoy, M., (1993) Comodoro Rivadavia Tiempos de Cambio: Aportes para pensar la sociedad y cultura en Patagonia, Com. Riv., Ed. Proyección Patagónica.
Torres, Susana, “Two oil company- towns in Patagonia: European inmigrants, class and ethnicity, 1907- 1933”, PhD, Rutgers University, 1995.


Fuentes

Entrevistas a integrantes de la Federación de Comunidades Extranjeras
Libros de actas de sesiones de la Comisión y Federación de Comunidades Extranjeras
Programas de Actividades, Feria de las Comunidades Extranjeras, Comodoro Rivadavia, años 2003-2007
Video grabaciones de Fiestas día del inmigrante, elección de la reina, noche de gala, muestra cultural y feria de comunidades extranjeras, ediciones 1994, 1996, 1997.



[1] Según Richard Alba (Alba, 1990), esta identidad es una de las más profundas que el hombre posee, ya que se relaciona directamente con su origen, es decir, con donde siempre se puede atajar.
[2] Es decir, la que toma como mayor rasgo identitario el origen étnico
[3] Esto se ve desde los primeros trabajos históricos o periodísticos sobre Comodoro Rivadavia, así como en los discursos y hasta en las películas, como “Petróleo” (1940) y “Allá donde el viento brama” (1963)
[4] Valle inferior del Río Chubut, donde se emplaza la capital provincial y las ciudades de puerto Madryn y Trelew, y numerosos pueblos avocados a una economía agrícola ganadera. Tras la disolución de la Gobernación Militar de Comodoro Rivadavia, Rawson fue elegida como capital de la recién creada provincia del Chubut (1957).
[5] Este es el argumento más común a la hora de atacar el valle, pensado sólo como centro de poder y administrativo, mientras que es Comodoro la que aporta el capital ala provincia, pero que sin embargo, se ve obligada a entregarlo para ser repartido por el gobierno.
[6] Las primeras reinas elegidas en la ciudad fueron las del petróleo, a partir de la década de 1950, disminuyendo su importancia durante los 60 y 70s, pero volviendo a resurgir con el nuevo boom petrolero desde 2003 aproximadamente. Paralelamente, la reina de Comodoro Rivadavia fue elegida cuando la importancia del petróleo disminuía y se buscaba una identidad más relacionada con el localismo que con un recurso que ya poco significaba para la identidad comodorense
[7] “las afueras de la ciudad” es un concepto relativo en Comodoro Rivadavia. La geografía comodorense es el resultado de la unión del centro de Comodoro y sus barrios aledaños con los numerosos campamentos petroleros, los viejos Company-towns. Estos están alejados del centro, algunos a tanto como 27 kilómetros. El predio ferial se encuentra entre el barrio J. J. Castelli y una planta de la empresa YPF, camino al aeropuerto.
[8] Brígida Baeza, comunicación personal
[9] Este concepto fue inicialmente introducido en la antropología por George Condominas, instaurándose como un análisis etnográfico clave en la actualidad. Posee muchos significados. Me adscribo al de Condominas mismo y al de Lins Ribeiro, que implica la resignificación de objetos de uso diario y su aislamiento del mismo, enajenándolos y convirtiéndolos en algo externo a su cultura. Es decir, sacarle el carácter de “común” y pasarlo a ser extraordinario. Esto sólo es posible en una medida extraordinaria o no-cotidiana, como es el caso de la Feria de Comunidades Extranjeras, realizada sólo una vez al año.
[10] Esta cultura que predominantemente llega de Estados Unidos si posee un origen como el que se pretende pensar en la Feria, en que ciertos alimentos propios de determinados grupos étnicos fueron popularizados en la mayoría de la población. Pero lo que pretendo explicar aquí es que este fenómeno no es local, sino que es un fenómeno que se dio primeramente en todas las sociedades formadas por numerosos grupos étnicos, y luego por la exportación de la cultura norteamericana, que popularizó muchos de estros platos como fast food.